viernes, 9 de noviembre de 2012

Consejos de Administración, ¿una asignatura pendiente?




Desde mi experiencia, participando en Consejos de Administración en pymes, tengo la oportunidad de observar cómo van evolucionando sus estructuras, su profesionalidad, su funcionalidad para con la compañía y, cómo no, su creación “de la nada”.
A raíz de un estudio realizado por la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid, dejo al final el enlace del post, os podría hablar de mi experiencia en este ámbito (coincidente con los resultados de este estudio). Pero cuestiones relativas a la lealtad y confidencialidad no me lo permiten. Esto es algo que siempre hay que tener presente y obrar en consecuencia a la confianza que otros depositan en uno. Así que, hoy, no toca hablar de pymes que tienen Consejos de Administración.

Por el contrario, lo que sí voy a hacer es explicar mis experiencias con las pymes que NO tienen un Consejo de Administración y DEBERÍAN TENERLO (también mantengo confidencialidad y lealtad pero, en este caso, la trazabilidad está salvaguardada).
 Para ello parto de una conclusión del estudio, que no se debe perder de vista: “Las empresas familiares que cuentan con consejos de administración aseguran que éste les ha dotado de un mayor grado de profesionalización (37,1%) y les ha ayudado a impulsar la actividad empresarial y a alcanzar mayor cuota de mercado (25,7%); un 20% cree que el consejo asegura la sucesión y garantiza la continuidad de la organización y un 17% que contribuye a mejorar las relaciones entre la familia y la empresa”.
Voy a centrarme en la suma de los dos primeros resultados. Un 62,8% de las pymes, del estudio, declaran que su nivel de profesionalización e impulso de la actividad y cuota de mercado han aumentado.
Ahora lo voy a confrontar con lo que yo veo en las pymes que NO tienen Consejo de Administración y DEBERÍAN TENERLO. En estos casos, su máximo responsable, está caracterizado por ser un auténtico “maestro” en su negocio. Conoce todos los entresijos de su sector, pero tiene manifiestas debilidades en el resto de ámbitos de su empresa. Está rodeado de profesionales que actúan como responsables de departamentos con ciertas habilidades en alguno de esos ámbitos en la compañía (fiscalidad, finanzas, calidad, seguridad, recursos humanos, marketing, sistemas, etc.). El “maestro”, a veces, está muy concienciado en mejorar su propia formación y experiencia en esos otros ámbitos. Esto es muy bueno. Pero el tiempo es limitado y el “cuore” del negocio no le deja suficiente libertad para ampliar su formación. En esta coyuntura veo a diario como las empresas pierden oportunidades por una deficiente profesionalización de los dirigentes.
En las pymes que NO tienen Consejo de Administración y DEBERÍAN TENERLO, la mejora de la actividad, aumento de la profesionalidad y ganancia en la cuota de mercado no se producen, por tanto, a través de esta vía (y probablemente por ninguna otra). Esto es como consecuencia de no disponer de una estructura más profesional y multidisciplinar, que automáticamente, aportaría nuevas ideas, más conocimiento y ampliaría la red de contactos y mercados.
Parece obvio lo que hay que hacer, pero vamos a ver que hacen las pymes en realidad. Según el estudio de referencia: “Un tercio de las compañías familiares sigue descartando contar con un consejo”,… “Entre las razones esgrimidas, un 41,7% considera que su firma es muy pequeña y no tendría sentido crear esta figura, y un 33,3% que contar con un órgano de estas características implica una limitación al poder de decisión del presidente, lo que conllevaría una pérdida de soberanía. Asimismo, un 25% opina que aumentaría los costes de gestión de la sociedad y otro 16,7% que su existencia generaría suspicacias y tensiones con la familia”.
Veamos. Los que piensan que su compañía es muy pequeña (un 41,7%), es muy posible que tengan razón. Es lógico, no hay que medicarse si uno está sano. Pero si tienes dudas acude al médico, la medicina preventiva tiene muchos beneficios. Ante la duda, se valiente, consulta y que te orienten.
El otro grupo. Los presidentes que temen por las limitaciones sobre su poder de decisión (un 33,3%). Esto da para escribir mucho, y ser muy hiriente, pero lo dejo para otro día y simplemente les digo que despierten de su letargo empresarial antes de que sea demasiado tarde.
Los que opinan que aumentan los costes de gestión (un 25%). Es cierto, los costes suben. A los Consejeros hay que pagarnos (quizás menos o más de lo que podáis pensar, si no preguntáis nunca lo sabréis). Pero a parte de esa gran deducción, son unos maestros de las finanzas, ¿han considerado los ingresos que reporta una subida de la cuota de mercado, mejora de la actividad y aumento de la profesionalidad? Puede ser que esto lo hayan pensado los que han sido capaces de ver más allá de sus narices y hayan obrado en consecuencia.
Sobre el resto, (un 16,7%) que aducen problemas en la familia, no voy a opinar. Eso es para los expertos en las problemáticas, de este tipo, en las empresas familiares. En cualquier caso os recomiendo a Manuel Bermejo, Director de Programas para la Alta Dirección y Empresa Familiar en IE Business School-Executive Education y su blog http://family-business.blogs.ie.edu/.
No me resisto a acabar el post sin volver la mirada sobre “los genios de los costes”, ese 25% que afirma que un Consejo de Administración incrementa los costes sin más. Voy a jugar con las matemáticas para intentar abrir su mente, o cerrarla aún más. Vosotros veréis si quieres seguir leyendo.
Bien, para los atrevidos, sigo.
Los porcentajes por sí mismos son irrelevantes. Lo que realmente importa es si los ingresos a obtener multiplicados por la probabilidad (en escala de 0 a 1) de obtenerlos son mayores o menores que el coste. Una definición fácil de entender de esta “Esperanza Matemática” es la relación entre el beneficio obtenido y probabilidad de conseguirlo. La definición matemática de “Esperanza Matemática” o “Valor Esperado” es bastante más compleja, pero en el desarrollo de mí razonamiento se limita a Beneficio por Probabilidad.
Por tanto, un valor para la “Esperanza Matemática” de 1 indica opción justa, menor que uno indica opción desfavorable y mayor que uno la opción es favorable.
    Por ejemplo, emplear un 1 euro, en una opción al 50%, con un beneficio posible de 2 euros. La esperanza es 2 · (0,5) = 1. Entonces, podría emplear el euro para gastar o no, porque de cualquier manera su expectativa total sería indiferente.
Si la “Esperanza Matemática” es menor que 1, el coste es desfavorable. Por ejemplo, si el beneficio a obtener es 500 euros por euro gastado pero con una probabilidad de 1 entre 1.000, la “Esperanza Matemática” es 500 · (1/1.000) = 0,5.
Si la “Esperanza Matemática” es mayor que 1, el coste es favorable. Por ejemplo, si el beneficio a obtener es 10 euros por euro gastado en donde hay una probabilidad de 1 entre 6. En este ejemplo el valor de la “Esperanza Matemática” es 10 · (1/6)=1,67 y por tanto en esas condiciones sería favorable.
Aplicando esto a nuestro caso, vamos a suponer que el Consejo de Administración nos cuesta 1 euro por cada Y euros de beneficio obtenido.
Por otro lado el estudio nos revela que el 62,8% de las empresas con Consejo de Administración han mejorado su actividad, cuota de mercado y profesionalidad. Si consideramos que esto es proporcional (por ejemplo, uno es a uno) a la variación del beneficio obtenemos que:
Y·(0,628) = Z; siendo Z la “Esperanza Matemática” y donde resulta que si:
El incremento del beneficio obtenido es mayor de 1,59 € por cada euro empleado en el Consejo de Administración la “Esperanza” de haber optado bien es la idónea. Por ejemplo, si suponemos que un Consejo de Administración de una pyme (formado por cuatro Consejeros más un Consejero externo) tiene un coste de 60.000 € anuales; entonces la empresa tendría que mejorar su beneficio promedio de más de 95.400 € anuales.
Ya tenéis otra demostración de que el papel lo aguanta todo.
Ahora puedes hacer tus propios cálculos y tendrás una fuente más, no la única, para la toma de vuestra decisión. La mejor fuente para esto, en mi opinión, el sentido común.
Pero os dejo para que apliquéis vuestros conocimientos para valoración de inversiones y me contéis las conclusiones. Aunque, también podríais añadir valoraciones mediante opciones reales o ¿eso ya es harina de otro costal?
            El enlace del post referente al estudio analizado es: