martes, 30 de abril de 2013

¿De dónde sale tú Management I?




“El objetivo de toda actividad intelectual, incluida la ciencia, la filosofía y el arte, es buscar la unidad en la diversidad y el orden en la complejidad. Su cometido final es encajar la multiplicidad de elementos en un esquema compacto, coherente y comprensible” D. E. Berlyne.

La elaboración de patrones, la percepción, es una parte esencial para la eficiencia empresarial; sin ella, sólo experimentaríamos el caos en las empresas (bueno, tú ya lo estás experimentando). La creación y la percepción de esquemas comprensibles intervienen en todos los niveles imaginables de las estructuras empresariales y no solo en los puestos de responsabilidad en las compañías. Incluso los procesos perceptivos, que en apariencia son simples, implican la creación de patrones de relación entre la información recabada.
Vamos a ver, estas empezando a dar cabezazos delante de la pantalla. Tú necesitas algo más tangible que no te exija conocimientos psicológicos, filosóficos, o que aparezca en algún libro de autoayuda. ¿Creías que te ibas a quedar sin el coscorrón de cada día?
Te pongo un ejemplo sencillo. En el cine presenciamos una serie de imágenes inanimadas a una velocidad de 24 fotogramas por segundo. Gracias a la técnica, vemos cada imagen tres veces en una sucesión rápida. Interpretamos lo que vemos como un movimiento continuo, aunque, en realidad, no se produce movimiento alguno. Mi percepción del Management implica un proceso parecido. El Management no se mueve en tu empresa, tú solo tienes fotos. Para que se produzca movimiento, debe de manifestarse sucesivamente en distintas áreas de la empresa. Es decir: “Gracias a la técnica”, pero tú no la tienes. Además, muchos creen, incluso puede que tú seas uno de ellos, que el Management es cosa de la dirección. Pues no. Voy a ilustrarte con otro ejemplo, que sigues perdido.
Este es igual de sencillo pero más poético. Al escuchar música, lo que percibimos como melodía es sólo una sucesión de notas independientes. Somos nosotros quienes la convertimos en melodía continua. La ciencia puede analizar de muchas formas las diferencias entre notas: según el volumen, el timbre, el tono, el tipo de onda, etc. Sin embargo, no puede explicar la relación entre las notas que componen la música. Si fueras capaz de escoger una melodía y quisieras escuchar las notas por separado, solo tendrías que aumentar los tiempos entre las notas o alterar la frecuencia tonal de cada nota. Y, sí, así llego yo (aplicado a la empresa) al Management real y efectivo. Te cuento:
Si, por ejemplo, cada proceso que tienes en la empresa lo analizas por separado eres capaz de llegar a la conclusión de que es razonablemente correcto.
Pero, si buscas las interrelaciones (los tiempos) que ese proceso tiene con otros en la empresa y las observas; deberías empezar a cuestionar la razonabilidad anterior.
Pero si, además, consideras a tu compañía en su conjunto y no solo a unas áreas determinadas (cambios de tono) en cada proceso; obtendrás que tus procesos, y por tanto, el Management que estás aplicando en tu empresa es erróneo.
Necesitas, como el comer, introducir en tu compañía procesos “melódicos”. Piensa que tu mente cuando reconoce una serie de notas como una melodía, ésta persiste en la memoria. Además ten en cuenta que una melodía puede tararearse, cantarse, interpretarse con un solo instrumento o varios a la vez. Puede incorporar adornos, variaciones o cambios rítmicos, puede interpretarse a una sola voz o ser armonizada. Y, a pesar de todo ello, ¡la melodía, sigue siendo reconocible! Es la esencia del Management melódico, o lo que es lo mismo (para mí) el Management MODÉLICO.
Como eres un poco avispadillo, ya habrás deducido que necesitas un director de orquesta. Alguien con una batuta. Aunque no lo sepas ya conoces a tu director de orquesta ideal. Pero eso es otro “cantar”.
La idea de que la creación de estructuras integradas a partir de independientes es la razón de la actividad organizadora fundamental de la naturaleza humana. Por tanto no puedes huir de esto en la empresa. Deja trabajar, por una vez, a tu sentido común,
Paradójicamente, en la empresa, la adaptación se produce gracias a la falta de adaptación. Tú empresa no se adapta de forma única a un determinado conjunto de condiciones externas por medio de patrones que residan en la empresa de manera innata. Por eso, y gracias a eso, es posible que tu empresa, sin conocer el Management, sobreviva. En estos casos la percepción de relaciones y, por tanto, la formación de nuevos patrones es una actividad continua que se da, aún en ausencia de conciencia.
Otra cosa es que, por hacerlo sin conciencia, se deje de ser competitivo y productivo. El hecho de ver tres puntos como un triángulo no es una decisión, es algo inevitable para nuestra mente. Pues en la empresa, igual. Solo que tú no eres capaz de interpretarlo para bien de tu compañía.
Un empresario, un director, un responsable, un empleado; al igual que un pintor o que un poeta, son fabricantes de patrones. Los patrones nacidos en las compañías, como los del pintor y los del poeta, deber ser bellos; las ideas, al igual que los colores y las palabras, deben resultar armoniosas en la empresa. Por tanto tienes la primera prueba para el Management en tu empresa: en el mundo de hoy no hay sitio para patrones feos y los tuyos, si bien no son feos, son carentes de belleza.
¿Ya sabes por dónde empezar?