lunes, 10 de junio de 2013

¿Alguna vez te has preguntado por qué tus exportaciones no coinciden con la confianza que tenías en tu producto?



                      
Gracias al comercio exterior podemos incrementar sustancialmente nuestros beneficios, pero también asumimos riesgos que nos pueden llevar a la quiebra o a una situación incómoda. Prevenir es mucho mejor que curar por lo que debes estar muy preparado para este mercado.
No asumas que porque has tenido éxito en tu país puedes exportar tu producto tal cual. Cuando entres a un nuevo mercado, debes investigar y hacerte unas cuantas preguntas básicas ¿Quieres internacionalizar tu empresa? ¿Vender tus productos en el exterior? Por supuesto… ¿pero sabes lo que implica? ¿realmente lo necesitas? ¿Existe un líder en el mercado al que te quieres dirigir? Si es así, ¿Es tu producto superior en algún sentido? Si no lo es, ¿Por qué no lo es?
Vivimos en un entorno supercompetitivo, con proveedores de todo tipo y de todos los rincones del mundo buscando hacerse un hueco en el mercado global. Para emprender este camino hay que prepararse a conciencia. A continuación repasa las siguientes cuestiones y reflexiona en consecuencia.


1º SOBRE EL PRODUCTO:
¿Tus productos poseen una ventaja competitiva importante (uso, diseño, flexibilidad, capacidad/rapidez de servicio…)?
¿Son uno más en el mercado,  y el único argumento será ofrecer un precio más bajo?
¿Existen diferencias culturales importantes, que implique que adaptar tu producto a los gustos del mercado: formas, colores, composiciones…?
¿Existe demanda demostrada para tu producto? Si no, ¿Puedes generar la demanda por tu producto?
¿Quiénes son tus competidores potenciales?

2º SOBRE LA EMPRESA:
¿La dirección se implica activamente en el proceso de salida al exterior y lidera el proceso ante el resto de la empresa?
¿Existen urgencias? Los primeros resultados probablemente se verán en el medio y largo plazo, así que hay que ser constante. Generar confianza en los compradores y/o socios comerciales lleva su tiempo, no vayas con prisas.
Las siguientes preguntas se refieren al mercado interior. Antes de tratar de “conquistar” un nuevo mercado parece razonable pensar como lo hacemos en nuestro mercado “natural”. ¿Conoces su cuota de mercado interior? ¿Dispones de una planificación comercial objetivable y medible de su mercado interior? ¿Conoces las razones por las que tus productos más vendidos son comprados por tus clientes en el mercado interior? ¿Y sobre los menos vendidos? ¿Conoces cuanto compran, ahora, clientes del mercado interior que han dejado de comprarle? ¿Puedes medir la actividad comercial de tu empresa en el mercado interior? ¿Conoces los costes, y la cuantía, de tu red comercial y su repercusión en el precio al cliente en el mercado interior? ¿Conoces los costes, y la cuantía, de distribución de tu producto y su repercusión en el precio al cliente en el mercado interior? ¿Conoces sus necesidades financieras, reales, que deben soportar el periodo medio de cobro en el mercado interior? ¿Conoces tu coste de capital para realizar inversiones en la compañía para el mercado interior? ¿Conoces la cuantía de tus fondos generados por las operaciones del mercado interior? ¿Conoces tus necesidades operativas de fondos para atender el mercado interior? ¿Conoces la cuantía de tu flujo de caja libre derivado de las operaciones en el mercado interior?
Si ya es complicado mantenerse en el mercado interior, con una lógica del negocio, más lo es en una aventura internacional donde el mercado es más grande y sus consecuencias, por tanto, proporcionales. Tratar de tener presencia en el mercado exterior sin sentido común es jugar demasiado al azar, con el peligro de perder más de lo que tenemos.

3º SOBRE LA COMERCIALIZACIÓN
¿Existe una marca cuidada?
¿Existe una base mínima para el mercado internacional? Página web en varios idiomas, documentación traducida, personal con idiomas necesarios, etc.
Debes tener claro cómo vas a llevar tus productos al mercado. ¿Qué canales de distribución están disponibles? ¿Quiénes son los principales integrantes de la industria?
¿Conoces los sistemas de transporte y logística? A menos que hayas experimentado exportando a cierto país, usa los servicios de un agente de importaciones. Ellos saben cómo funciona en el país y a quien hay que hablar cuando ocurren problemas, además de lograr las mejores tarifas. Otra ventaja es la increíble cantidad de tiempo que te ahorran ocupándose de los problemas de transporte, liberándote para enfocarte en aprender más del mercado y crear más relaciones de negocios.

4º SOBRE LOS RECURSOS
¿Se dispone de personal experimentado para comercio exterior?
El amigo que habla inglés, el contable que hace la promoción “en sus ratos libres” puede que no sean las mejores opciones. Recuerda que gestionan la proyección internacional de tu empresa y que son la primera impresión que vas a causar en tus contactos internacionales.
¿Estás acostumbrado a hacer negocios internacionales o eres una industria netamente domestica? ¿Existen protocolos para hacer negocios?
La comunicación es el aspecto clave del negocio internacional. Asegúrate de que tus comunicaciones son claras, concisas y no son ambiguas. No dudes en usar un traductor para tus emails y cartas y un buen intérprete para las reuniones en persona. Aunque es un gasto, la inversión puede valer la pena salvando una relación o previniendo un gran error de comunicación.

5º SOBRE EL CLIENTE
Aunque probablemente vendas tu producto a un distribuidor o retailer, es tu empresa a la que el consumidor acudirá en busca de ayuda. ¿Cómo vas a tratar con las quejas u otros problemas de servicio al cliente? Considera invertir en un servicio local o un servicio de respuesta internacional que pueda responder el teléfono en el idioma de tu cliente internacional. Ellos te lo agradecerán.
¿Cuántos países? El mundo es muy grande: no te pierdas. Es mejor seleccionar 2 o 3 países en los que centrar las acciones. Cuando ya estés entrando en ellos, amplía tus objetivos poco a poco. Conozco empresas que han abierto demasiados frentes a la vez y luego no pueden atenderlos correctamente.
¿A que son sensibles tus consumidores, al precio o al valor?
¿Qué países? A la hora de seleccionar los mercados en los que vas a centrar toda la gestión, hazlo bien y de forma objetiva. Que tu competencia venda en un país no quiere decir que sea el más adecuado para tu empresa. Busca tu propio camino.
Si en unos meses te das cuenta de que no has seleccionado bien un país, cámbialo, pero no intentes abarcar demasiados, siempre 2 o 3 como máximo.
¿Conocer las exigencias legales? Cada país exige unos requisitos que todos los productos que se comercializan allí deben cumplir para garantizar la seguridad y la calidad del producto hacia los consumidores. Si queremos exportar nuestra mercancía, antes debemos saber cuáles son esas exigencias y tenemos que adaptarnos a ellas, haciendo que nuestros productos las cumplan para poder comercializarlos en ese país. De esta forma, nos ahorraremos problemas antes de exportar nuestras mercancías y también podremos tomar decisiones como el no exportar a ese mercado porque no podemos cumplir con las exigencias.
¿Conocer la demanda existente? También es muy importante antes de exportar el conocer en profundidad el mercado y saber si existe una demanda de nuestro producto. No tendría sentido intentar vender productos en un país en el que la demanda es mínima. Para conocer esa demanda podemos realizar un exhaustivo estudio de mercado que nos ayudará a conocer las oportunidades con las que podemos contar, los rasgos culturales característicos que pueden influir en nuestra venta y también aspectos económicos y políticos.

6º SOBRE LA SALIDA
Una retirada a tiempo es una victoria, pero siempre y cuando la retirada se produzca de una manera ordenada y planificada previamente.
Las inversiones en comercio exterior tienen que estar consideradas bajo el prisma de análisis de inversiones con opciones reales. Este, es un término financiero que debe ser considerado como imprescindible. No vale cualquiera.
¿Tienes un plan de contingencias?

7º SOBRE CÓMO HACERLO
Profesionales y empresas de servicios a empresas hay muchas, incluso la gran mayoría proporcionaran metodología dotada de gran sentido común. Pero…, hazte las siguientes preguntas
¿Tienes un Plan de negocio y la determinación de la viabilidad para enfrentarse al mercado exterior?
¿Tu Plan de negocio contempla el análisis de factores críticos, análisis de variables ambientales internas y externas, diagnóstico, análisis de escenarios, directrices estratégicas, operativas, elección de objetivos y alternativas estratégicas?
¿Has considerado los movimientos estratégicos en el ámbito del Producto mercado, los movimientos estratégicos en el entorno en el que esta la empresa, los movimientos estratégicos en la propia empresa, los movimientos estratégicos en otras empresas?
¿Tienes unos presupuestos generales?
¿Dispones de una programación y coordinación de acciones?
¿Has establecido controles y seguimientos?
¿Tiene un plan financiero compuesto por: la cuenta de resultados, balances, cash flow, origen y aplicación de fondos, necesidades de financiación y estudio de rentabilidad se realizará con un horizonte de real?
En tu previsión presupuestaria, ¿has definido el origen de la cuantía del presupuesto y determinación del resto de previsiones del proyecto por periodos? ¿Tienes un  presupuesto de gastos con su repercusión coherente en las operaciones propias de la actividad. ¿Tienes una definición del origen y previsión de ventas? ¿Tienes una segmentación de las ventas? ¿Has definido las cuantías de las ventas? ¿Tienes la definición de todas las partidas de gasto indirecto y las variables que influyen en cada partida? ¿Has analizado la repercusión de las ventas sobre la producción? ¿Has analizado la previsión de ventas frente a los gastos? ¿Has determinado el resultado previsto?
¿Dispones de alguna definición de indicadores, que son el resultado de medir el comportamiento de las actividades del proyecto detectadas en los análisis anteriores? Definición del conjunto de metas que la empresa define para un periodo como un centro de control para la toma de decisiones directamente sobre la raíz del origen de cualquier desviación.
¿Tienes conocimiento de los flujos de las actividades, sus factores de interferencia e interrelaciones entre todas las áreas?
¿Tienes un adecuado etiquetado y packing para tu mercado previsto?
¿Búsqueda de distribuidores?
¿Búsqueda de puntos de venta especializados?

LECTURA RECOMENDADA I
“Decidí que había que buscar alternativas a través de la exportación. Asistí a conferencias, charlas y misiones comerciales organizadas por la administración pública y las diferentes organizaciones empresariales. Lo tenía claro. Contraté a un export manager con experiencia en comercio exterior. A través de la nueva incorporación, construí una red comercial para abarcar los países objetivo de mis productos. Después de todo esto, estoy en peores condiciones que antes. Desconozco lo que no ha funcionado. ¿Tú, qué opinas?”
Con esta lacónica explicación me enfrenté a una pregunta, de un cliente, que tenía que responder de alguna manera. Evidentemente, cualquiera que tenga un poco de sentido común pediría más información para hacer un adecuado análisis; pero eso es para las películas. En estos casos, el cliente, está realizando su propio proceso de selección y hay que poder decir algo coherente con los datos que te expone.
“Todo lo que has realizado es lo que había que hacer. Lo que ocurre es que yo no lo habría hecho, ya que tus productos no tienen cabida en el mercado exterior”. La verdad es que de los productos que comercializaba el cliente, yo, no tenía más que un conocimiento superficial. Había que provocarle para ver si proporcionaba algún dato más. Superado este primer envite, y después de tener más datos sobre la problemática; tendría que procurar emitir un juicio más adecuado. Te cuento.
La empresa se había esmerado en la búsqueda de un profesional para liderar el proceso. Había encargado el proceso a una reputada firma de reclutamiento y las especificaciones del puesto eran claras: “Titulación universitaria superior, nivel de inglés alto, valorándose otros idiomas. Experiencia mínima de 10 años en actividades relacionadas con el comercio exterior o la internacionalización empresarial, y de 5 años desempeñando funciones en la dirección comercial  internacional, o como responsable de exportación en compañías con un alto grado de desarrollo internacional. Se valorará el conocimiento de los canales de distribución y de los mercados. Se acreditarán experiencias concretas de éxito en la consecución de objetivos en proyectos de carácter internacional. Persona orientada a resultados, con capacidad de planificación estratégica y adaptación a diferentes entornos de trabajo.”
El conocimiento del funcionamiento del mercado exterior era inexistente, por parte de la dirección de la compañía, pero para eso se buscaba una nueva incorporación con experiencia. Por otro lado, las administraciones públicas y las organizaciones empresariales apoyaban el proceso desde sus programas para incentivar la exportación.
Se había hecho una previsión que situaba el incremento de las ventas en un 20% considerando que se podía asumir la mayor producción derivada de esas ventas.
Las ventas se incrementaron, realmente, un 22% y la producción asumió las mismas sin problemas. Los clientes se comportaron de acuerdo a lo esperado en relación a los plazos de pago.
A raíz de esto, yo ya no tenía ninguna coartada para retrasar mi primera valoración seria. A estas alturas ya había intuido que mi valoración no iba a ser del agrado del cliente. Lo que ocurre es que uno es como es y, previsiblemente, sin remedio.
Esta vez mi discurso fue más extenso de lo habitual, quizás me recree en la suerte: “Estoy convencido de que si rascase en las diferentes fases de tu puesta de largo internacional encontraría incoherencias. Además como tendría mucho sentido común y grandes dosis de evidencia serían claramente identificables. Resolviendo todas ellas, su problema sería mucho mayor y sería una empresa a imitar internacionalmente pero que sería pasto de un proceso liquidatorio tras el ERE y Concurso de Acreedores correspondientes. Tu empresa ha hecho bandera de la improvisación cuando decidió acudir al mercado exterior para mejorar su nivel de ingresos. El problema es que tu control sobre lo que necesitas para fabricar tu producto es inexistente. En ese momento, el de la toma de Decisiones, era vital disponer de un adecuado Control de la Gestión que te aportara información en tiempo y forma a la vez que real y veraz. Tú no tienes nada de eso. Tienes que invertir tu situación e incorporar al proceso la necesaria evaluación previa a la toma de decisiones. Analizar; todo el proceso de análisis debe ser automatizado e incorporado a la sistemática de trabajo de la compañía. Hacer Propuestas de Decisiones; como conclusión del análisis recurrentemente realizado. Hacer Evaluación de las Propuestas de Decisiones; las conclusiones del análisis deben ser adecuadamente evaluadas en los diferentes escenarios posibles. Llegar a la Toma de Decisiones; del resultado de la evaluación de las propuestas se infieren aquellas decisiones que representan realmente una mejora para la compañía. Si hubieras hecho esto, habrías adecuado en primer lugar tu compañía a las circunstancias del mercado exterior. Abandona la improvisación como hoja de ruta”.
El cliente no consideró adecuadas mis propuestas, quizás no expliqué bien mis planteamientos. Quizás no acredité la confianza que pudiera requerir el cliente. Quizás había que hacer otras cosas. Pero lo que si es cierto es que algo había que hacer porque hoy me he enterado que ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo.
Creo que entre todos los “externos”; Administraciones Públicas, Organizaciones Empresariales, Reclutadores de Personal, Asesores y Consultores tenemos un debe cuando tenemos que colaborar en los procesos de internacionalización de las compañías.  Hay que decirles que, por el momento, la gran mayoría no están preparadas.

LECTURA RECOMENDADA II
La semana pasada tuve un encuentro que, desgraciadamente, ha vuelto a poner de manifiesto que se siguen optando por soluciones “remenderas” para la mejora de las ventas. El caso es muy simple. Empresa de un sector importante relacionada con el canal de la alimentación. ¿El remiendo? Vender en el mercado internacional.
Seguro que piensas que: “Ahora viene éste diciendo que la exportación es mala. No tiene ni idea”. A ver, yo no digo que la exportación sea algo malo. Respecto a que no tengo ni idea, puede que tengas razón. Pero, si quieres, hoy te voy a contar alguna problemática en las empresas a la hora de exportar.
La situación que te relato parte de la necesidad de una empresa en mejorar sus ventas. Bien, tenemos un punto de partida. El problema es que, directamente, se implementa la “solución”. Lo que no es capaz de vender dentro hay que venderlo fuera. En el mercado interno no hay suficiente demanda, mucha competencia, etc. Correcto, y apunto una frase lapidaria: nada nuevo bajo el sol.
La consecuencia de esa decisión se traduce en la creación de una “estructura” para el mercado exterior. Existe cierta idea de lo que ocurre en los países destinatarios objeto de la acción comercial, no por análisis previo; sino mirando lo que hace el vecino de al lado o lo que dice “San Google” en alguna de sus entradas. Además se contrata a personal, con trayectoria en el comercio exterior, normalmente mal pagado y no sé si bien elegido para cada caso (en eso los especialistas en recursos humanos tienen mejor criterio que yo).
Como el nuevo “fichaje” y su “estructura” son buenos (y no tengo porque dudarlo) se pondrán manos a la obra y buscarán ofrecer por los mejores canales, de los países destinatarios, el producto que representan. Pero claro, el mundo de fuera también es duro y complicado. El responsable de la empresa sigue viendo cómo sus ventas no mejoran, como él necesita, a pesar de que todo el mundo está exportando cada vez más. Resultado una larga travesía por un desierto, que se desconoce, y que puede que tenga algún oasis. O No.
El pobre “fichaje” se encuentra, de entrada, con que los mercados destinatarios están plagados de empresas del sector y sin grandes elementos diferenciadores. Está claro, si haces lo mismo que el de al lado estás llegando tarde. El otro empezó antes que tú.
Por tanto, ¿es contraproducente la exportación? o el ¿”fichaje” es malo?
NO, NO y SÍ (esta última respuesta es para la pregunta que te estás haciendo ahora).
SÍ, el empresario, responsable o similar que tomó la decisión es un zoquete(debo decir que al de hoy le llamé insensato y, como me ha dado su consentimiento, os reproduzco la conversación principal).
Empresario.- Tengo una red exterior que no me está dando los frutos esperados. Te cuento lo que hemos hecho… (y me contó cómo está el mercado interior, lo que está haciendo su competencia, lo de la contratación del responsable del mercado exterior y lo de los problemas de competitividad en los países de destino).
Servidor.- Pues creo que usted es un insensato; porque en todo lo que me cuenta no he visto que haya utilizado el sentido común y, por tanto, no le puedo calificar (de momento), de otra manera.
Empresario.- Hombre, yo creo que eres muy osado y demuestras mayor insensatez.
Servidor.- Sobre mi insensatez no voy a discutir con usted. De momento reconoce que usted es insensato en menor medida que yo, según su criterio, pero insensato a fin de cuentas. Podemos seguir conversando al respecto, pero ni a usted ni a mí nos va a aportar nada. Si está de acuerdo puedo centrarme en la problemática que me ha traído hasta aquí y ofrecerle mi visión.
Empresario.- De acuerdo, pero vas mal.
Servidor.- (Fase de preguntas, preguntas y preguntas que te resumo sin intercalar las respuestas del empresario. Esas te las pongo luego). ¿Conoce su cuota de mercado interior? ¿Dispone de una planificación comercial objetivable y medible de su mercado interior? ¿Conoce las razones por las que sus productos más vendidos son comprados por su cliente en el mercado interior? ¿Y sobre los menos vendidos? ¿Conoce cuanto compran, ahora, clientes del mercado interior que han dejado de comprarle? ¿Puede medir la actividad comercial de su empresa en el mercado interior? ¿Conoce los costes, y la cuantía, de su red comercial y su repercusión en el precio al cliente en el mercado interior? ¿Conoce los costes, y la cuantía, de distribución de su producto y su repercusión en el precio al cliente en el mercado interior? ¿Conoce sus necesidades financieras, reales, que deben soportar el periodo medio de cobro en el mercado interior? ¿Conoce su coste de capital para realizar inversiones en la compañía para el mercado interior? ¿Conoce la cuantía de sus fondos generados por las operaciones del mercado interior? ¿Conoce sus necesidades operativas de fondos para atender el mercado interior? ¿Conoce la cuantía de su flujo de caja libre derivado de las operaciones en el mercado interior?
Empresario.- (Respuestas, balbuceos varios e insensateces). Bueno, sí, pero, más o menos, no sé qué es eso, lo puedo preguntar, lo estimamos, ¿eh?, ¿cómo?
Servidor.- Desde mi punto de vista, lo sensato, es tener conocimiento de estas y otras muchas cuestiones en su empresa. Si ya es complicado mantenerse en el mercado interior, con una lógica del negocio, más lo es en una aventura internacional donde el mercado es más grande y sus consecuencias, por tanto, proporcionales. Tratar de tener presencia en el mercado exterior sin sentido común es jugar demasiado al azar, con el peligro de perder más de lo que tenemos.
Empresario.- Entonces, tu opción es abandonar la idea.
Servidor.- De entrada no, pero ¿no le parece más sensato hacerlo bien?
Empresario.- De acuerdo, estoy dispuesto a valorar tu oferta.
Servidor.- Eso que dice me preocupa, no parece que sea sensato pagar a alguien que le ha puesto en evidencia.
Empresario.- Vete y mándame una oferta, que pueda pagar, y empezáis el lunes.
Servidor.- Creo que podrá asumir el coste del trabajo que le propongamos. Pero, por lo que me dice, veo que tendremos mucho trabajo en mejorar su sentido común.
Empresario.- Y encima os tendré dar las gracias.
Servidor.- Ya veremos, de momento yo le agradezco su tiempo. Mañana nos pondremos en contacto, de nuevo, para recoger más información y poder elaborar la propuesta de servicios que consideremos adecuada.
Tras las despedidas de rigor, este es el contenido de la primera entrevista. Ya estamos trabajando con la empresa de nuestro insensato cliente (todavía sigue en ese estado, aunque ahora es consciente. La prueba de ello es que suscribe todo lo que hoy os he relatado).
Seguro que conoces a varias empresas como la de mi cliente. Avísales para que recuperen su sentido común antes de que sea demasiado tarde.