jueves, 21 de marzo de 2013

En busca de la proporción áurea





Hoy el tema es denso, pero la cultura no ocupa lugar y hay que cultivarla. Tienes que mantener la tranquilidad que en el fondo mi carácter canalla  e irónico estará presente para despertar tu conciencia. Casi en cada momento, quienes queremos aplicar lo más adecuado al espectro empresarial nos hemos sentido impotentes ante la complejidad de acertar con la solución. Esto no es algo particular y todos nos enfrentamos a nuestro particular misterio. Todo lo que nos rodea, en mayor o menor medida, está caracterizado por su propia complejidad.

Por ello, hoy, me voy a referir a la proporción áurea porque defiendo la existencia de esta proporción en todo lo bueno que nos rodea. Por tanto, podríamos pensar que en la gestión empresarial, si es excelente, existe esta proporción. Ahora bien, aceptando esta teoría, hay que desgranar el “código empresarial” inmerso en la proporción áurea para poder replicarlo.
Mi interpretación particular sobre lo que significa la proporción áurea es que existe una relación, demostrable a través de los números, que aparece en las distintas formas y comportamientos en todo lo que nos rodea. Como no podría ser de otra manera, en la gestión empresarial; también. ¿Cómo? Muy sencillo.
La proporción áurea tiene propiedades como la armonía, la regeneración y el equilibrio. Los procesos dentro de las compañías tienen que fluir con armonía entre unos y otros. Cuando cada uno “fluye” por su lado surgen los problemas. La regeneración, sin ella no sería posible la mejora cuando se plantea. Del equilibrio podría decir muchas cosas pero la más evidente es la que garantiza que el equipo, las personas, trabajen de manera conjunta y coherente.
Llegado a este punto, creo que debo hacerte más amena la lectura (más simple) que veo que te duermes. Para eso voy a recurrir a un ejemplo para que te entretengas. Dibuja varios rectángulos con diferentes alturas e igual base uno a continuación de otro con la siguiente salvedad; uno de ellos tiene que tener la proporción de 5:8 entre su base y altura. Muestra tu dibujo a un grupo de personas y pide que cada uno seleccione un rectángulo. 

Observarás como la mayoría de las personas eligen el que tiene la proporción 5:8. ¿Por qué?, porque esa es la proporción áurea. Este experimento lo desarrolló Gustav Fechner (1801-1887), que fue un pionero de la psicología experimental.
Por tanto, y aplicando esto al mundo empresarial, podemos pensar que la mejora de la gestión no consiste en buscar continuamente nuevas soluciones; sino en ver la existentes con nuevos ojos. Ojos que nos permitan ver y diferenciar las mejores prácticas empresariales, las que contienen la proporción áurea.
De momento no creo tener la capacidad para encontrar la proporción áurea en la gestión empresarial, ahora bien ¿y si invierto el proceso? Te cuento, voy a tratar de identificar lo que seguro no contiene la proporción áurea.
Tu empresa, a nivel organizativo, es una suerte de cargos directivos (con su carguitis asociada) que funcionan de manera inconexa. Por tanto una parte de la proporción áurea en tu empresa podrá aparecer en el momento que tu estructura se aleje de esa manera de organizarse. Voy a plantearte otro ejemplo gráfico, que veo que sigues dando cabezazos.
Si tú fueras una abeja, construirías tu particular panal a base de círculos. Para ti es la forma perfecta, pero estarías despreciando mucho espacio. Puede que tú seas una avezada abeja y trates de construir tu panal con hexágonos. Eres una máquina, pero a mitad de panal te has quedado sin dinero porque los hexágonos son muy caros; eso es para las grandes empresas. Tienes que ser más humilde y mirar con nuevos ojos. Un simple triángulo te permite una estructura ordenada y sin perder espacios con menor complejidad (coste) que los hexágonos. Además, si en algún momento eres grande puedes enlazar los triángulos originales con los hexágonos.
Espero que tengas claro, ahora, lo que tienes que hacer con tu sistema organizativo. Seguro que puedes establecer analogías con lo anterior ya que sabes que el círculo no es la manera más adecuada. Existen otras formas que, seguro, tienen un mayor parecido con la proporción áurea.
Tu empresa, cuando se tiene que enfrentar a la mejora, empieza por negar la mayor. Es difícil pensar que alguien sabe más que tú del negocio que diriges. Esto no solo es posible, sino que sería lo normal. Por tanto, asocias que cualquier mejora se dirige a tu “corazón” y eso es un error. Venga, vamos a por otro ejemplo gráfico.
Busca una imagen del Hombre de Vitrubio de Leonardo da Vinci, otra del David de Miguel Ángel y, finalmente, una del sistema Modulor de Le Corbusier. ¿Qué tienen en común? Pues que en ninguna aparece algo que se parezca a un corazón y que sus proporciones están basadas en el número áureo. Si no aparece ningún corazón, ¿qué significa? Pues algo tan obvio como que si tu cuerpo, tu empresa, no se adecua y mejora en todas sus áreas será difícil que compita por muy buen corazón, negocio, que tenga. Mejora tu área financiera, comercial, productiva, … y tendrás una empresa que guardará un equilibrio adecuado para ser movido por ese corazón que tú diriges.
Ahora tú puedes sacar las conclusiones que desees, pero por una vez deberías no descartar cuestiones que se basan en la razón. ¿Hay alguna razón más perfecta que la proporción áurea? Mírala y piensa.