domingo, 12 de mayo de 2013

Historias de PYMES de “andar por casa” capítulo II. Los sistemas.



“La cantidad de anuncios de formación y de cursos on line que hacen su aparición diaria en mi correo electrónico han acabado por convencerme que debo figurar en alguna lista especial de atrasados mentales.
Además, caí en la tentación de leer algún artículo tuyo y me han venido ganas de plantarlo todo para regresar a la escuela. Sin embargo, he decidido seguir siendo un inculto e imperfecto y, además de no huir, te he citado.”

Esa fue la bienvenida que, hace pocos días, me dispensó el Consejero Delegado de una empresa en su despacho. No he omitido nada, no me dijo ni buenos días, ni me invitó a tomar asiento. Él me recibió sentado, y con un tono firme me espetó el recadito antes reproducido.
En ese momento no sabía por dónde venían “los tiros” y no era cuestión de empezar a elucubrar sobre las intenciones de mi interlocutor. Había que decir algo contundente, con sentido y eficaz, así que le respondí de la siguiente manera: “Un animal tiene su comportamiento determinado de manera innata, no necesita cuestionarse sus reacciones, ni modificar su comportamiento, ni imaginar que las cosas podrían ser mejores, ni esforzarse por entender. Se comporta de la forma que ha dispuesto la naturaleza. No puede actuar de otro modo. Una criatura de esas características está bien adaptada al presente, pero su rigidez le hace vulnerable. Si el entorno cambia, el animal no modificará su comportamiento con la rapidez necesaria para sobrevivir. La selección natural actuará y solo quedarán los mejores.”
Finalizada mi réplica pensé en una reflexión darwiniana que dice: “Un hombre puede sentir odio hacia otro, pero, mientras su cuerpo no se vea afectado, no puede decir que está enfurecido”. El consejero en cuestión permaneció inmóvil, así que aproveché y fui a lo fácil; le evidencié que los procesos que se seguían en su empresa necesitaban ser analizados y reformulados. Digo que fue fácil, porque era muy evidente que esa compañía tiene claros problemas con los procesos que sigue.
En este tipo de compañías (demasiadas), los procesos nacieron a partir de “dibujar” el “SIEMPRE SE HA HECHO ASÍ”. Por desgracia, esto último, es un esbozo de lo que ocurre en tu empresa.
Por otro lado no vengo a venderte consultoría de procesos, eso hay que hacerlo personalmente contigo. Aquí, como en tantas otras cuestiones no vale el “café para todos”. En cualquier caso, reflexiona sobre aquello que tienes en tu compañía y que mantienes como “DOGMA DE FE”.
Está claro que, en este momento, se hace más evidente que comiences a trabajar por lo que realmente son las bases y no por la nostalgia asumida que requiere de improvisación. Además como eres un poco “animal”, no te caracterizas por variar con la velocidad adecuada y tu improvisación deja mucho que desear.
Tus procesos, serán tal, cuando hayan sido originados desde el análisis de las variables del negocio de tu compañía, cuando hayan sido diseñados teniendo en cuenta los recursos de la empresa (y los modifiques cuando éstos varíen) y cuando su aplicación directa tenga un efecto sobre los grupos de interés a los que vaya dirigido. Pero claro, esto te suena a curso de formación teórica.
Me resisto a aceptar que pese a tus pensamientos relacionados con ideas como: “siempre se ha hecho así” y “mejor la malo conocido”; tú, como directivo de tu empresa, no actúes.
Es recomendable que pongas en duda lo hecho hasta el momento. De este trabajo obtendrás que unos procesos (con algunos retoques) tienes que mantenerlos, otros irán directamente a la basura y, finalmente, nacerán los nuevos.
En ese momento, te faltará tener unos planes de acción adecuados para evaluar su funcionamiento y las medidas a plantear en función de esta evaluación.
Sí hasta aquí, tienes un poco de lío, me basta con que (al menos) tengas claro el último párrafo. Para esto, solo es necesario con que hayas acreditado saber atarte los zapatos.
Tengo colecciones inmensas de procesos, a cual más dotado de pulcras grafías y redacciones. Solo aquellos que tienen un adecuado sistema de evaluación, seguimiento y reacción; sobreviven. Pero sobreviven, porque las empresas donde se aplican siguen vivas. El resto forman parte de las “concursadas” (primero) y “liquidadas” (después) que plagan la historia de las PYMES de este país.
Para construir un adecuado sistema que permita realizar esa evaluación, seguimiento y reacción es necesario optar por actitudes dónde el sentido común sea lo principal. Por otro lado, como condición necesaria, se requieren aptitudes. Por eso, o te formas, o te pones en contacto con alguien que te ayude mientras te forma.
En realidad tu situación es una paradoja. Tu adaptación, si dejas de ser “animal”, se produce porque tienes falta de adaptación.
Recuerda que los animales tienen limitadas sus respuestas automáticas para asegurar su supervivencia. Para ti debería estar reservada una adaptación a la realidad empresarial basada en el aprendizaje, la formación, la educación y la experiencia. Pero eso lo decides tú. Yo sigo vivo.