“El objetivo de toda actividad intelectual, incluida la ciencia, la filosofía y el arte, es buscar la unidad en la diversidad y el orden en la complejidad. Su cometido final es encajar la multiplicidad de elementos en un esquema compacto, coherente y comprensible” D. E. Berlyne.
La elaboración de patrones, la percepción, es
una parte esencial para la eficiencia empresarial; sin ella, sólo experimentaríamos
el caos en las empresas (bueno, tú ya lo estás experimentando). La creación y
la percepción de esquemas comprensibles intervienen en todos los niveles
imaginables de las estructuras empresariales y no solo en los puestos de responsabilidad
en las compañías. Incluso los procesos perceptivos, que en apariencia son
simples, implican la creación de patrones de relación entre la información
recabada.
Vamos a ver, estas empezando a dar cabezazos
delante de la pantalla. Tú necesitas algo más tangible que no te exija
conocimientos psicológicos, filosóficos, o que aparezca en algún libro de
autoayuda. ¿Creías que te ibas a quedar sin el coscorrón de cada día?
Te pongo un ejemplo sencillo. En el cine
presenciamos una serie de imágenes inanimadas a una velocidad de 24 fotogramas
por segundo. Gracias a la técnica, vemos cada imagen tres veces en una sucesión
rápida. Interpretamos lo que vemos como un movimiento continuo, aunque, en
realidad, no se produce movimiento alguno. Mi percepción del Management implica
un proceso parecido. El Management no se mueve en tu empresa, tú solo tienes
fotos. Para que se produzca movimiento, debe de manifestarse sucesivamente en
distintas áreas de la empresa. Es decir: “Gracias a la técnica”, pero tú no la
tienes. Además, muchos creen, incluso puede que tú seas uno de ellos, que el
Management es cosa de la dirección. Pues no. Voy a ilustrarte con otro ejemplo,
que sigues perdido.
Este es igual de sencillo pero más poético. Al
escuchar música, lo que percibimos como melodía es sólo una sucesión de notas
independientes. Somos nosotros quienes la convertimos en melodía continua. La
ciencia puede analizar de muchas formas las diferencias entre notas: según el
volumen, el timbre, el tono, el tipo de onda, etc. Sin embargo, no puede
explicar la relación entre las notas que componen la música. Si fueras capaz de
escoger una melodía y quisieras escuchar las notas por separado, solo tendrías
que aumentar los tiempos entre las notas o alterar la frecuencia tonal de cada
nota. Y, sí, así llego yo (aplicado a la empresa) al Management real y
efectivo. Te cuento:
Si, por ejemplo, cada proceso que tienes en la
empresa lo analizas por separado eres capaz de llegar a la conclusión de que es
razonablemente correcto.
Pero, si buscas las interrelaciones (los
tiempos) que ese proceso tiene con otros en la empresa y las observas; deberías
empezar a cuestionar la razonabilidad anterior.
Pero si, además, consideras a tu compañía en
su conjunto y no solo a unas áreas determinadas (cambios de tono) en cada
proceso; obtendrás que tus procesos, y por tanto, el Management que estás
aplicando en tu empresa es erróneo.
Necesitas, como el comer, introducir en tu
compañía procesos “melódicos”. Piensa que tu mente cuando reconoce una serie de
notas como una melodía, ésta persiste en la memoria. Además ten en cuenta que
una melodía puede tararearse, cantarse, interpretarse con un solo instrumento o
varios a la vez. Puede incorporar adornos, variaciones o cambios rítmicos, puede
interpretarse a una sola voz o ser armonizada. Y, a pesar de todo ello, ¡la
melodía, sigue siendo reconocible! Es la esencia del Management melódico, o lo
que es lo mismo (para mí) el Management MODÉLICO.
Como eres un poco avispadillo, ya habrás
deducido que necesitas un director de orquesta. Alguien con una batuta. Aunque
no lo sepas ya conoces a tu director de orquesta ideal. Pero eso es otro
“cantar”.
La idea de que la creación de estructuras
integradas a partir de independientes es la razón de la actividad organizadora
fundamental de la naturaleza humana. Por tanto no puedes huir de esto en la
empresa. Deja trabajar, por una vez, a tu sentido común,
Paradójicamente, en la empresa, la adaptación
se produce gracias a la falta de adaptación. Tú empresa no se adapta de forma
única a un determinado conjunto de condiciones externas por medio de patrones
que residan en la empresa de manera innata. Por eso, y gracias a eso, es
posible que tu empresa, sin conocer el Management, sobreviva. En estos casos la
percepción de relaciones y, por tanto, la formación de nuevos patrones es una
actividad continua que se da, aún en ausencia de conciencia.
Otra cosa es que, por hacerlo sin conciencia,
se deje de ser competitivo y productivo. El hecho de ver tres puntos como un
triángulo no es una decisión, es algo inevitable para nuestra mente. Pues en la
empresa, igual. Solo que tú no eres capaz de interpretarlo para bien de tu
compañía.
Un empresario, un director, un responsable, un
empleado; al igual que un pintor o que un poeta, son fabricantes de patrones.
Los patrones nacidos en las compañías, como los del pintor y los del poeta,
deber ser bellos; las ideas, al igual
que los colores y las palabras, deben resultar armoniosas en la empresa. Por
tanto tienes la primera prueba para el Management en tu empresa: en el mundo de
hoy no hay sitio para patrones feos y
los tuyos, si bien no son feos, son carentes de belleza.
¿Ya sabes por dónde empezar?